domingo, 13 de julio de 2008

Siempre vas a estar cerca


“Nada nos deja más en soledad que la alegría si se va” le canta el rosarino Fito Paez a otro negro de acá que se fue a hacer reír allá y la sensación que quedo en el país y sobre todo en nuestra ciudad desde aquel jueves 19 de julio del 2007 es esa.


Estamos solos y aburridos, tu ausencia se hace notar en cada rincón de la ciudad, esa ciudad de la cual nunca te quisiste ir, y a la cual hiciste reconocida por donde quieras que fuiste, esa ciudad que lo tenia todo, pero en especial, lo indispensable para una buena vida: buen fútbol y muy lindas minas.
Siguiendo con el fútbol no puedo dejar de agradecerte el que seas hincha de Rosario Central y por haberle contagiado esta alegría a personajes como Serrat, Sabina, Sabato y tantos otros, y como no agradecerte que le hayas dedicado tu último dibujo a la camiseta de tus amores.
Yo era uno de los que creía que la pasión era algo inenarrable hasta que leí tu cuento “19 de diciembre de 1971” y me di cuenta de que estaba equivocado.
Negro gracias por ser tan honesto, tan simple, tan directo, tan nuestro, por enarbolar siempre el valor de la amistad, gracias por todo, pero te aclaro que al ultimo chiste no lo entendimos, que te vayas justo antes del día del amigo no nos pareció gracioso, si querías demostrar que eras humano hubieras esperado un poco mas, pero esta claro que el que tiene que dar las explicaciones es el barbudo de arriba, ¿Por qué a vos?, ¿No pudo aguantar un ratito mas?, ¿Es conciente de los que nos privo?, ¿Quién le da el derecho de hacer algo así?.
Debo confesar que no se como mierda terminar este humilde homenaje, estoy muy tentado a hacerlo con un insulto, después de todo me imagino a las “malas palabras” preguntándose: ¿y ahora quien podrá defendernos?, o lo puedo cerrar de una manera cursi y decir que me gustaría ser negro y estar allá compartiendo un café con vos y Olmedo, o de la forma optimista y afirmar que tus geniales obras todavía están entre nosotros y al alcancé de todos, o con una mancha de café, o con un simple “Gracias Negro” o “Adiós Maestro” o “Que lo parió”.
Es cierto que cuando se agravó esa maldita enfermedad comenzaste a recibir toda clase de premios y homenajes, absolutamente merecidos, pero estoy convencido de que con personajes tan grandes como vos la sociedad siempre va a estar en deuda, por eso lo único que me sale es decirte: Querido Negro: “Gracias por tanto y perdón por tan poco”


Abaz Maximiliano.

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