lunes, 6 de octubre de 2008

La TV ataca

"La mediocridad para algunos es normal, la locura es poder ver más allá"
(Sui Generis)

Los medios de comunicación de masas, y la televisión en particular, se encuentran atravesando una severa crisis de contenidos y eso, a estas alturas, ya es un hecho irrefutable.
Millones de televidentes asisten cada noche como dopados al show de la decadencia y de la subestimación del ser humano como ser pensante. Es una afirmación dura, lo sabemos, pero no hay con que darle a su veracidad.
La falta de opciones de calidad y en consecuencia la mediocridad de la oferta televisiva tiene varios factores que forman parte de su génesis. Una regulación seria por parte de los entes de control y una mirada crítica por parte de los televidentes podría, muy de a poco, elevar el nivel de las producciones. Pero esto es tarea de todos.
La pauperización de los contenidos televisivos coincide temporalmente con el auge del menemismo. La "berretización" de la cultura y de la vida cotidiana, fue ampliamente reflejada por los medios de comunicación. Productos encabezados por Marcelo Tinelli y sus huestes, Susana Giménez y novelones clonados, fueron sentándose de a poco en la mesa de los argentinos. El “todo vale”, más una progresiva debilitación del Comfer, con multas que no hacen cosquillas a los bolsillos de estos empresarios, derivó paulatinamente en el baile del caño.
La tercerización del trabajo, la compra de formatos enlatados, conflictos con actores y guionistas y la precarización del sector creativo dejó el camino abierto para aberraciones dignas de laboratorios experimentales. Por algunos segundos de fama para los participantes, y por unos cuantos sueldos menos, surgieron exitosos perros de Pavlov por doquier. Reality shows (que de "reality" tienen poco) mostraron a gente encerrada, cantantes, actores, ex presidiarios, travestis, vírgenes y linyeras. La biblia y el calefón, solo que ya no sabemos cuál es cuál.
Así llegamos pues, a una televisión basura, con programas que ruborizan al más parco. Con una gran masa de actores, periodistas y técnicos desocupados. Y donde es famoso el que grita más fuerte. Sino podemos esperar demasiado de los organismos de control, podemos revolver entre la grilla en busca de algunos, pocos, rincones de calidad. Sino, y como siempre, tenemos la saludable opción de apagarla...

Por María Virginia Bertetti: http://paraqueotroblogmas.blogspot.com/

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