¿Donde esta Renata?

Nunca llego a ser pelirroja, pero su pelo era bien rojizo.
Esos pelos largos y suaves que casi rozaban las baldosas.
Que flameaban al ritmo del viento, haciendo quedar bien a sus peluqueros.
Nunca tuvo lindo aliento pero su dentadura era perfecta.
Su andar era la envidia de todas, imposible no verla.
Campeona de campeonas, ningún obstáculo frenaba su exhibición.

Pero un día ocurrió lo peor, sin dar explicaciónes se marcho.
Abrió la puerta y a la libertad persiguió.
Quizás no soporto la presión de ser una diosa, de ser la más hermosa.
Quizás sus oídos se cansaron de escuchar tantas mentiras.
Y la campeona del mundo, quizás, con un mestizo inmundo se revolcó.
Hasta el día de hoy no se sabe de ella.
Miren que es difícil no verla y mucho más con “semejante recompensa”.

Su antiguo dueño aun la espera y a todos los santos le reza.
Sus llantos, ellos ignoran, como un castigo por todas sus tranfugiadas.
Tu tesoro más preciado, cuando pudo, te dejo de lado...
¿De que te sirve tu nuevo auto?

No se sabe con certeza si el azar quiso quedar bien con el diablo,
O si nuevamente los santos y ángeles volvieron a aceptar un soborno.
Lo que si se sabes es que después de varios meses Renata apareció.
Herida, desnutrida, mordida, golpeada y casi con seguridad violada, pero apareció.
La diosa Renata esta otra vez entre nosotros.